martes, 3 de abril de 2018

Muñeco de algodón

Hace un año, hice un nuevo amigo,en medio de mi odio hacia los peluches encontré un ser humano que me hizo sentir cariño por esas piezas de algodón y polietileno. Tenía uno que lo obtuve justo el dia que perdía a alguien. Inconcienciente, lo compró para cubrir un vacío que se venía, inconsciente lo abrace hasta que toque mis propios huesos y llevo ese dolor algunas lunas de algunos meses.
Pesa, pesa y la espalda se me rompe, pesa tanto que tiene el poder de invadir mis ojos y hacer nacer agüita de cada uno de ellos, pesa tanto, que me tiene pensando en aquel día, todos los días, pesa que no deja avanzar.
Depresión la llaman,que no era más que la representación de no poder dar todo el amor que tenía yo dentro, amor que empezaba a doler. Y a mi me regalaron este muñequito, tenía unos ojos enormes y unas manos gorditas, 4 dedos, y orejas que ni idea como lo hacia, pero me escuchaba, ah que si!
me sacaba de mi soledad,después del hospital venía la recuperación, y con el muchos momentos de silencio, horas de espera, tiempo que no pasa jamás, tres meses dijo el doctor, yo quería hacerlo en 3 días, y no entendia porque era imposible.
Malditas agujas del reloj! no se movían a la velocidad que yo quería, caprichoso destino! no dejaba que me cure pronto, bendito muñeco! hacia esta vida más ligera.
Mi compañero cuando los amigos se iban, testigo de las lágrimas más amargas, de las preguntas más devastadoras, de los deseos más oscuros, de toda un cuento de hadas que no podía encontrar un final feliz, de historias llenas de dolor, de la misma historia.
En silencio a un costado de la cama, esos ojos me veía sin parpadear, él escuchaba sin refutar, sin criticar, sin juzgar, siempre se mantenía cerca por si lo necesitaba, tibio, si mi corazón lo necesitaba.
Hace algunas semanas vi una foto de el, el destino hizo que nos separáramos, se que ahora está junto a ti, que ahora adorna tu cama, acompaña tus noches, que le debes buscar alguna nueva compañera, que te debe recordar a mi y a toda una historia que acabo.
Y aunque la vida te tenga del otro lado de mi destino, he de decirte que no te aferres a lo que era, que sueltes con el amor y el cariño que me soltaste a mi, y aunque físicamente no estamos juntos, hoy te extraño mas que nunca mi muñeco de algodón.