Amante de leer cualquier trocito de papel que caiga en mis manos. No soy blogger. Amo el blogging. Soy una contradicción y se me nota en Twitter. No deseo tu atención, pero si agradezco el tiempo que me dan los que me leen.
lunes, 19 de noviembre de 2018
Tu amiga
Tranquila, se sienta en la salita de mi nueva vida,
se sienta y pregunta como estoy?
y yo ni siquiera se si estoy,
respondo que si, que todo va bien y que pronto te olvidaré.
Ella va a la cocina por un mate tibio para el corazón,
dice que lo necesito para sentirme mejor, o para sentirme,
como si una bebida pudiera devolverme el tiempo que deje en ti.
Se sienta frente a mi silencio,
envuelve mis rodillas cansadas, me habla de ti.
De tu cabello y de tu corazón,
me pide que entienda tu enredada cabeza,
tu cursi exageración, tu delicada sin razón,
Que luche por mis anhelos, por mi cintura,
por mis botas, por quedarme en tu habitación,
Me quedo relajada en sus ojos,
como si supiera que todo va a estar bien,
como si el amanecer que esta por llegar estuviera esperando por mi,
otra vez son las dos de la mañana, otra vez sin dormir.
Gracias flaca, por quedarte en mi,
por arropar a esta guerrera cansada,
que hoy, solo quiere dormir.
domingo, 11 de noviembre de 2018
Cosa de abrazos
No estaba segura de lo que buscaba en esa conversación, si necesitaba escuchar alguna palabra que me ayude a definir lo que me estaba sucediendo, alguna palabra en la que no había pensado, alguna enfermedad nueva que solo le da a un 0.001% de las personas de este mundo, o es que acaso alguna maldición había podido llegar a mi, que va! si esas cosas no existen, pero no entendía que sucedía, no entendía porque tanto vacío.
Las dos estaban sentadas en esa gradería de escalones rojos,se alejaron del grupo para evitar ser escuchadas, mi confidente estaba atenta a cada palabra que iba pronunciando mientras yo narraba esa triste historia.
Ambas pensaban en las posibles causas, trataban de entender hilando historias, buscando porqués, escarbando los planes del destino, y yo... yo me volvía loca.
No tan lejos, lo veía a él, convirtiendo su carrito en un robot, con la mirada atenta a cada pieza, a cada figura, a cada color. Buscaba terminarlo de la mejor manera, concentrado solo en su juego, veía su paz y extrañaba sentirme igual a él. Volteé al notar la humedad acercarse a mis ojos.
De pronto, así sin avisar, como cuando encuentras un billete en el bolsillo de tu pantalón, como cuando suena la canción exacta cual soundtrack, como cuando te regalan tu dulce favorito, sentí unos brazos rodeando mi cuello, unas manitos pequeñas uniéndose debajo de mi cabeza, unos cachetitos fríos pegándose a los míos, un cuerpito de ochenta centímetros regalándome lo tibio de su piel, apretando fuerte, sin soltar, con la seguridad de quien sabe donde debe estar, como quien elige los ingredientes para preparar su receta estrella, y yo me rendí.
Mis manos buscaron acariciar esa espaldita, tratando de no apachurrar tan fuerte, calmando mis nervios, logre unirme a ese abrazo, torpe y con voz bajita le pedí que no me suelte.
Y agradecí.
Él me salvó. El latido de su corazón me volvió a la vida, me enseñó cómo debo volver a hacerlo vivir, la caricia de su suave cabello en mi mentón me calmó, esos ojitos pequeños me regalaron la paz que llevaba buscando las últimas semanas, y sentí, sentí que todo estaba bien, que tal vez no sepa que pasa ni que pasará, pero yo estaba aquí y mi presencia a él lo hacía feliz, yo tuve la dicha de contemplar esa sonrisa bien estirada mientras me envolvía con tanto amor.
Ahora se que esa siempre fue la respuesta,amor.
Respuesta o solución? Ya no importaba, este momento era mío y no había dicha más grande para mi.
Él no sabía la historia que yo estaba narrando, él no tenía idea de cuan rota estaba yo en ese momento, él me sintió, se acercó y se quedó, todo el tiempo que lo necesité, él se quedó abrazando mis pedacitos, y así como a su carrito, él me construyó, me regaló la sonrisa más sincera llenando el absurdo vacío que yo sentía, no se como explicarlo, es cosa de ABRAZOS.
(Esta historia sucedió en una mañana de noviembre, en un albergue, donde Adrián de ocho años se convirtió en mi héroe y yo en su protegida :))
Las dos estaban sentadas en esa gradería de escalones rojos,se alejaron del grupo para evitar ser escuchadas, mi confidente estaba atenta a cada palabra que iba pronunciando mientras yo narraba esa triste historia.
Ambas pensaban en las posibles causas, trataban de entender hilando historias, buscando porqués, escarbando los planes del destino, y yo... yo me volvía loca.
No tan lejos, lo veía a él, convirtiendo su carrito en un robot, con la mirada atenta a cada pieza, a cada figura, a cada color. Buscaba terminarlo de la mejor manera, concentrado solo en su juego, veía su paz y extrañaba sentirme igual a él. Volteé al notar la humedad acercarse a mis ojos.
De pronto, así sin avisar, como cuando encuentras un billete en el bolsillo de tu pantalón, como cuando suena la canción exacta cual soundtrack, como cuando te regalan tu dulce favorito, sentí unos brazos rodeando mi cuello, unas manitos pequeñas uniéndose debajo de mi cabeza, unos cachetitos fríos pegándose a los míos, un cuerpito de ochenta centímetros regalándome lo tibio de su piel, apretando fuerte, sin soltar, con la seguridad de quien sabe donde debe estar, como quien elige los ingredientes para preparar su receta estrella, y yo me rendí.
Mis manos buscaron acariciar esa espaldita, tratando de no apachurrar tan fuerte, calmando mis nervios, logre unirme a ese abrazo, torpe y con voz bajita le pedí que no me suelte.
Y agradecí.
Él me salvó. El latido de su corazón me volvió a la vida, me enseñó cómo debo volver a hacerlo vivir, la caricia de su suave cabello en mi mentón me calmó, esos ojitos pequeños me regalaron la paz que llevaba buscando las últimas semanas, y sentí, sentí que todo estaba bien, que tal vez no sepa que pasa ni que pasará, pero yo estaba aquí y mi presencia a él lo hacía feliz, yo tuve la dicha de contemplar esa sonrisa bien estirada mientras me envolvía con tanto amor.
Ahora se que esa siempre fue la respuesta,amor.
Respuesta o solución? Ya no importaba, este momento era mío y no había dicha más grande para mi.
Él no sabía la historia que yo estaba narrando, él no tenía idea de cuan rota estaba yo en ese momento, él me sintió, se acercó y se quedó, todo el tiempo que lo necesité, él se quedó abrazando mis pedacitos, y así como a su carrito, él me construyó, me regaló la sonrisa más sincera llenando el absurdo vacío que yo sentía, no se como explicarlo, es cosa de ABRAZOS.
(Esta historia sucedió en una mañana de noviembre, en un albergue, donde Adrián de ocho años se convirtió en mi héroe y yo en su protegida :))
martes, 6 de noviembre de 2018
AGOTADA
sin medias,
sin alma, a donde se irá cuando abandona mi cuerpo?
tal vez salga a buscarte, si, tal vez sea eso.
Tal vez sienta pena por mí al anochecer y me abandona,
ni siquiera ella desea acompañar este pedazo de carne que respira,
estos restos de vida que se acostumbran a caminar sin saber de ti.
No dejo de darle play a la bendita "sinmigo", realmente sinmigo,
carreteras de nuevo, volumenes altos para no escuchar tu voz,
gafas para ocultar ojeras por no estar anoche en mi sofá,
aroma de madrugada en la piel como mi perfume favorito,
reloj pulserita de cuero, para contar las horas que estoy sin tí,
bebedor verde en la cartera, por si me atoro con tanto recuerdo bonito,
snacks de mentiras para llenar de verdad,
o al menos creer que estoy llena de algo, o de nada, da igual.
Botas con agujetas, para no perder nunca más los zapatos,
para no perderlos bajo tu cama,
jeans con tres botones, ajuste suficiente para huir,
jeans con tres botones, por si te veo por ahí,
uñas escarchadas, para sentir que estoy,
que soy, que estuviste, que fuimos,
que brillabas, que me sostenías, eso,
tu me cogias y no me soltabas,
tus manos me atrapaban y yo no me escapaba,
si, es eso, tu me tenías y yo te seguía,
claro que es eso, yo tenía ganas.
a donde se iran las ganas cuando abandonan mi cuerpo?
yo
...no lo sé
Hoy estoy agotada.
jueves, 1 de noviembre de 2018
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