¿Te dormiste?

Preguntó desde el rincón del sofá café donde abrazaba mis piernas,
cual niño aferrado a su mejor juguete, como niño que no quiere prestar su juguete,
¿te dormiste? preguntó en voz bajita.
No - no podía hacerlo yo, intentando encontrar una buena puta razón para no abrazarlo también. No existía. - estoy cansada, pero no puedo dormir. Mentí.
Él dijo que amaba como lo besaba, y no dejaba de besar cada centímetro de mi piel,
jamás me había sentido tan desnuda, jamás me faltó tanto la ropa.
El dijo que le gustaba mi voz intentando imitar una llamada erótica,
pedía que le regale mis más sinceros orgasmos, mis quejidos, mis caricias.
Pero yo soy una diosa.
Muchos sentimientos, pocas palabras.
Estaba pensando en el momento en que te irías,
en el instante donde te pondría la mejilla y no mis labios.
Calculando las palabras que salían de mi boca en aquella sala.
Tú y yo, desnudos, tu piel, mi piel, tú, cariño, yo, ausente.
Tu cabeza en mi pecho, los mails que tengo que responder mañana,
tus manos sujetando las mías, paralizando mi falso intento de huir de ti,
la rutina que debo hacer en el gimnasio,
el hambre de ser tú mismo sin reprimir las ganas,
los pagos que debo hacer por la tarde,no.
No puedo.
Lucho para huir de tu lado, pero tú dominas mis sentidos, está bien ganaste hoy.
Pero mañana seré yo.
Perdóname si yo te quiero así, entregándote a fantasías de 2 horas, dos copas de vino, y una caricia en la cabeza, como aquel niño que cumplió su tarea.
No queda más para dar que no haya dado ya.
Y el miedo, y la prisa, y el trabajo y el amor.
¡Pum!
Sujetas mis brazos, me envuelves, tocas mi parte trasera y vuelvo a ti.
¿Te dormiste? Porque ahora vas a dormir conmigo - Susurra él en mi oído.
Y yo sonreí.

Vuelves

en medio del último corte, el cuchillo se detuvo,
Yo buscaba amor y encontré mi nombre en tu ordenador,
En otro cuadradito, vi mi nombre junto al tuyo,
Unas risitas invadieron mi cara, no me soltaban,
Y ahí estaba, un pedacito de amor por mi, para mi, y que rico.
Y que rico.

Silencio

Y a tres años de no oirte, he superado el silencio. Lo note justo hoy.

Eli

Y en medio del círculo negro que dibujó mi lado más oscuro,

tú te acercaste,

y me pediste un abrazo.

Tú abrazo, me iluminó, me sonrió,

el sentimiento, eso.

Y gracias, Eli.

Me sigo perdiendo en ti

Ayer salí a buscarte, me encontré con el amor 3 veces,

en reemplazo de tu ausencia.

El primero me pidió que suba por el ascensor, 

el segundo me guió hasta el césped,

al tercero no le quise dar explicación.

Ayer salí a buscarte y no te pude encontrar,

no estás más en esta ciudad.

El primero me regalo el recuerdo de tus manos, dejándome envolver sin abrir los ojos,

el segundo tenía tus pupilas en otra mirada, dejé que me vea la piel, pero no pudo verme el alma,

al tercero le confundí la voz cuando mencionaba mi nombre, te oí pero no te escuché.

Ayer extrañé tu lado izquierdo, 

ese que me regalabas en las noches, listo para el rescate de pesadillas.

Te encontré tres veces.

La primera vez me pusiste música para calmar mis ojos,

besaste mis cicatrices y aliviaste el dolor,

La segunda vez me llenaste de dulces, 

compensando el amargo del día.

La tercera vez, me escondí, no respondí.

A veces, solo a veces, huyo de tí, de mí.

al final me encuentras, te encuentro y es oficial nuevamente.

Me sigo perdiendo en ti.

Celos

De tus ojos viendo otros rostros,
de tu voz de personaje tierno,
de tus bromas que no son para mi,
celos de ellas,
celos de tu atención en otro nombre,
celos de escuchar como te quieren arrastrar otras miradas.
Celos, de tu ausencia en mi almohada,
en mi sofá, en mi vida.
Siento celos.

Círculos y triángulos

Los dedos me temblaban, pero te escribí.
La rabia se apagaba, me respondiste.
Nos extrañamos, nos pensábamos.
Lo bueno volvía a aparecer, las risas empezaron otra vez,
la vida me sabía dulce como aquella vez.
Aún conservabas el mapa de cómo llegar a mi cabeza,
aún sabias como acariciar mi dolor,
la cantidad exacta de azúcar para calmar mi sed.
Aún sabias como colocar los colores para quedarme ahí,
sentada, viendo tus labios contar historias,
viendo tus dedos coger las servilletas,
viendo tu sonrisa bailar al compás de la mía.
Y entre círculos y triángulos,
espero volver a caer.

Anoche

Anoche cedí a tus deseos. 

Después de algunas mareas en mi mente, 

después de imaginar cómo sería tenerte de frente. 

En el sofá, en las sillas, en la mesa, 

en el asiento del copiloto, frente al mar, bajo la media luna. 

A escondidas, tu con whisky, yo con vino, 

embriagados de placer. 

Sobrios de mentiras, cenando, cansados de jugar, almorzando. 

Tu piel, mis manos. Tus manos, mi cabello. 

Tú, inquieto tú, en tu departamento, en mi casa. 

Tú, irresistiblemente tú. 

Enojados, distanciados, cerca, adentro. 

Loco, inteligente, bobo, caliente. 

Pesadilla, llamándonos con la mente. 

Mi pecado favorito, ese, el que me gusta presumir con la gente. 

Ladrón de canciones, de amaneceres, de mis gemidos. 

Tú. 

Anoche.

29 y 3/4

Dolor, cansancio, frustración, nostalgia, rabia, incertidumbre, indecisión, irritación, intolerancia, desmotivación, soledad, enferma, angustiada, confundida, y aún no acaba.

Lirios

Y aunque te hayas marchado, yo seguiré recibiendo lirios.