viernes, 18 de septiembre de 2020

Una cortita.

 No puedo escapar de ti.

martes, 15 de septiembre de 2020

El contacto más bloqueado, el más eliminado y agregado.
El contacto que nunca se con qué nombre guardar, 
tanto tiempo, tantos momentos,
descubrir que puedo volver a carcajear contigo es mi logro de la semana.
Que quede escrito.
Tus pedidos de mis brazos fueron los más bonitos y lo siento.
Cada vez que entraba una llamada para preguntar ¿dónde estás?¿no estás con tu familia?
Él respondía con la sonrisa más feliz ¡estoy con ella!
Yo solo quería beber todo el vino de la refri.
Hola, les decía yo, a todo aquel que me invitaba a saludar, rápidamente huía antes de la segunda pregunta:¡Cuídense mucho! aconsejaba mientras corría a la cocina.
Le dice a todos que está conmigo.
No tengo apetito para el mundo, y en este punto, 
empiezo a dudar de ti también, pero pareces un niño feliz, y lo dejo ahí.
Pensar en volver a abrazarte destruía mi mente. La cabeza me dolía.
De solo imaginar que estoy a un paso de poder darte el poder de mi vida me quedo quieta,
mis pensamientos me tienen pegada al sofá de uno, para asegurar que esta noche y la de mañana, tendrás un límite.
No es novedad, no siempre cogemos, pero cada que lo hacemos, algo se jode.
Tal vez más a ti que a mi, tal vez más de lo que admito, tal vez menos.
Recuerdo cuántas veces he llorado y me he culpado por ser tan débil. 
Ya no soy una niña me repetía, y te conté una historia donde no eras el protagonista,
esas no son tus favoritas, pero necesitaba que me conozcas, de nuevo.
Tenerte en mi sofá, desarmado y pidiendo que me una a ti. Fue glorioso.
Pero no fue bonito. 
Te vi dormir todo el domingo, jamás vi a una persona reír tantas veces durmiendo. Recuerdo cuanto te quise. Te curé las heridas y he alimentado tu alma.
Te veo y pienso en todo el tiempo que me tomó superar el poder que yo le había concedido a tus palabras, a cada una de ellas.
Tal vez cuando te sienta un poco más seguro, tal vez cuando estés más fuerte.
Tal vez si, tal vez no.
En el fondo siento que tengo un asunto pendiente, y que eso no me deja continuar, empiezo con mis boludeces de nuevo. Esta línea no existe.
Esta semana no se me antojó mi antiguo sabor favorito, no tuve ganas de ti.
Pero no puedo declarar una victoria, debo admitir que me conoce, y eso es una desventaja sobre mi razón. Debo mantenerme alerta. 
Esta semana he descansado contigo, de ti. 
Tú. De nuevo. Tú.

Y he vuelto a escribir.


domingo, 9 de agosto de 2020

Patético

 Y ahora que lo pienso bien, el final fue patético,
sexo sin amor, sexo del bueno, sexo donde hubo amor.
Noches sin dormir, me abrazabas las heridas, pero no querías estar ahí
... y se notaba.
Hay una cosa que no te he dicho aún.
La tragedia nos visitaba cada noche, la muerte era cuestión de tiempo.
Tu piel ardía y mi corazón, sin avisar se detenía,
deseaba alejar esos ojos llenos de compasión.
Solo quería tu lado salvaje, no tu lado amable, el que me miraba con miseria.
Cedías a mis caprichos de lluvia de verano, caminabas a mi paso,
pero tu ya no eras tú, y yo, yo aún sin saber quien soy.
Deambulo vacía desde el día que dejaste que me marchara.
El día en que no detuviste mi brazo, el día que no corriste hacia mi.
Ahora que lo pienso bien, el final fue patético.


sábado, 18 de abril de 2020

Se parece a mi

Sus negras alas llegaban al piso,
se arrastraban por las baldosas viejas en cada paso que daba,
en cada camino que recorría, en cada lugar que visitaba.
Observaba en silencio la enorme armadura que llevaba,
me perdía en los detalles dibujados en su pecho,
me recordaban la primera historia que él me contó.
Dejo que me hable.
Endulza mi alma con palabras gastadas,
no he intentado explicarle que no soy su amor,
sin necesidad de callarlo, sigo escuchando.
Se parece a mi.
Rozo su curiosidad con historias a medias,
empieza a sentirse cómodo, decide quitarse el antifaz,
nos vemos frente a frente.
Escoge con cuidado cada palabra que me dice,
mide mi sonrisa, pregunta si estoy bien, si estoy.
Soy un reto para su ego,
un premio para su juego,
indomable para su lastimado corazón.
Se parece a mi.
Mis ojos lo siguen cuando se aleja de la habitación,
me trae contento una copa de vino,
ya conoce mi favorito.
Comparto mi piel con sus sábanas,
mi sudor con sus ganas,
mi respiración con sus sentidos.
Alboroto su mente, sin permiso,
atrevida, sinvergüenza, con derecho.
Su comodidad me invita a vernos la semana que viene,
pregunta sin reparo: ¿nos vemos otra vez?
Asiento con la cabeza, le digo que puede ser.
En mi mente retumba una solo idea.
¡Demonios! Se parece a mi.



domingo, 5 de abril de 2020

Se te nota

Busco la raíz de tu sufrimiento.
¿En qué momento te dañaron tanto como para creer que haciendo infeliz al resto podrías recuperar un poquito de la felicidad que te robaron?
¿Quiénes son los culpables?
¿En qué momento tu egoísmo pudo más que el gran amor que sentías en tu corazón?
¿Quién fue la causa de tanto dolor en tu alma?
Se te nota querida.
Se nota.
Se nota las grietas, las lágrimas contenidas, las veces que apagaron tu voz, los rechazos que recibió tu corazón.
Se nota cuando te escondes porque te sientes débil, vulnerable, herida.
Se nota cuando huyes de los ojos de compasión.
Se nota cuando lastimas después de lanzar una palabra no digerida.
Cuando intentas victimizar la situación recurriendo a tu pasado cansado.
Se nota tu dolor.
Se te nota.
Intentas contar tu historia, pero eres dura.
Intentas convivir con el sufrimiento y no soltarlo te asfixia.
Intentas que el mundo aprenda de ti, pero ¿cómo se podría?
No soy quién para juzgarte, no en voz alta.
Sólo escucho y observo como lastimas, como me lastimas.
Pero déjame decirte algo querida: Se te nota.


martes, 17 de marzo de 2020

La pareja perfecta

Me hablas de amor con la misma ligereza con la que caminan tus piernas cuando te acercas a mi.
Dices que me extrañas y mi ingenuidad cae en cada una de tus palabras,
yo con tanta soledad, tú con un millón de mentiras en la boca,
somos la pareja perfecta.
Al principio de la historia nos lo contamos todo,
los triunfos que nos enorgullecen, las penas más tristes,
te conocí, dejé que me conocieras,
abrí mi corazón en una noche, y tu abriste la puerta de tu curiosidad.
Confesaste que te encariñas pronto, pensé en el dolor de la despedida,
dijiste que era fácil para ti desprenderte, imaginé cuánto me quieres a tu lado,
me contaste lo difícil que es para ti tener novia,
y respondí feliz la llamada después de tu tercera botella de vino,
con palabras atropelladas aceptaste que no toleras estar detrás de mis pasos,
te rehusabas a tenerme en tu cabeza más tiempo,
me hablaste de la dureza de tu corazón,
y yo te llené los bolsillos de amor.
Jugamos.
Jugamos a que me quieres y yo no estoy,
a que me ignoras y yo te escribo cartas de amor,
jugamos al yo puedo más, y en el fondo nos encanta rendirnos.
Cantamos.
Cantamos la misma canción triste,
luchamos contra la historia de amor,
contra la vida que nos junta,
queremos alejarnos.
Pero es en vano.
Mentimos.
Nos decimos que serán dos semanas,
que nos querremos hasta que yo abandone tu ciudad,
hasta que tu mascota se empiece a acercar,
hasta que quieras invitarme a cocinar.
Amamos.
La piel, las palabras, lo que llega después del sexo,
después del sudor, mientras esperamos, lo que controlamos,
lo que nos hace perder el control.
En el fondo, tal vez, nos amamos.



miércoles, 11 de marzo de 2020

Caballerito

Hoy estoy dispuesta a desaparecer una vez más,
hoy he vuelto a ignorar lo que siento y dejarme llevar por lo que debería sentir.
Ayer, me deje envolver con los lazos de su pasión, con las mentiras de su boca, con esa dosis de caricias que me preguntan: ¿por qué te vistes? Si yo te quiero desnuda.
Ayer visité ese lugar que estoy segura albergó más pieles de las que puedo imaginar, ese lugar que usamos como refugio del mundo.
Mañana podría seguir encaprichada con su piel, pero no con su corazón, parecido al mío y eso asusta.
Mañana podría torcer mi brazo y contestar su: cómo vas bonita? Con la misma mentira de siempre: todo bien caballerito.

jueves, 5 de marzo de 2020

Perdón

Aún no decido cuando volveré a hablarte, las palabras en voz alta no son mi fuerte,
escribirte, esa es otra historia.
No te culpo por lo que siento, miento.
No te culpo por irte y no encargarte de llenar el vacío, miento.
Es solo que no quise hacerme cargo de las últimas 30 lunas llenas,
Es solo que me costó dormir interminables noches por ese silbido que resuena en mi corazón,
Será que los tragos amargos siempre fueron mis favoritos,
será que la idea de no ser de nadie siempre fue inspiración natural,
Debo confesar que algunas veces me sumerjo en el fondo de una copa de vino,
imagino tus cabellos rizados cerca de mi nariz,
deslizo la idea de fantasear que nos volvemos a ver y soy feliz,
si, se que nos volveremos a ver
si, aun conservo los nombres de nuestros hijos en mi cabeza,
si, aun no puedo controlar el aguita que nace de mis ojos al recordarte,
El orgullo se apodera de mi y quiero dejar de escribir.
Mantengo en pausa mi vida, espero.
No llega nada y yo debo seguir avanzando.
¿Hacia donde voy?
El camino te lo llevaste tu, mis sueños se fueron en tu maleta,
mi vida late lento, mi vida pesa toneladas, no puedo caminar ligera.
Algunos días busco culpables y apareces tu,
pero detrás de ti, a un costado, también estoy yo.
Lamento que mi amor no sea lo suficientemente grande como para desearte el bien,
perdon si mi amor es egoísta y no deseo que estés tranquilo,
perdón si mis sentimientos te alcanzan y se meten en tus sueños,
perdón por las veces que te sientes culpable al ser feliz sin mi.
Intento hacer lo mismo... Perdón.



Tampoco

Despertar y extrañar.
Despertarme y sentir ese vacío en el cuerpo,
¿será que mi alma me abandonó? 
Vacío que también me acompaña por las noches, antes de dormir,
Se pone al filo de mi enorme cama,
Me mira de reojo asegurándome que esta noche tampoco será

martes, 14 de enero de 2020

¿Te dormiste?

Preguntó desde el rincón del sofá café donde abrazaba mis piernas,
cual niño aferrado a su mejor juguete, como niño que no quiere prestar su juguete,
¿te dormiste? preguntó en voz bajita.
No - no podía hacerlo yo, intentando encontrar una buena puta razón para no abrazarlo también. No existía. - estoy cansada, pero no puedo dormir. Mentí.
Él dijo que amaba como lo besaba, y no dejaba de besar cada centímetro de mi piel,
jamás me había sentido tan desnuda, jamás me faltó tanto la ropa.
El dijo que le gustaba mi voz intentando imitar una llamada erótica,
pedía que le regale mis más sinceros orgasmos, mis quejidos, mis caricias.
Pero yo soy una diosa.
Muchos sentimientos, pocas palabras.
Estaba pensando en el momento en que te irías,
en el instante donde te pondría la mejilla y no mis labios.
Calculando las palabras que salían de mi boca en aquella sala.
Tú y yo, desnudos, tu piel, mi piel, tú, cariño, yo, ausente.
Tu cabeza en mi pecho, los mails que tengo que responder mañana,
tus manos sujetando las mías, paralizando mi falso intento de huir de ti,
la rutina que debo hacer en el gimnasio,
el hambre de ser tú mismo sin reprimir las ganas,
los pagos que debo hacer por la tarde,no.
No puedo.
Lucho para huir de tu lado, pero tú dominas mis sentidos, está bien ganaste hoy.
Pero mañana seré yo.
Perdóname si yo te quiero así, entregándote a fantasías de 2 horas, dos copas de vino, y una caricia en la cabeza, como aquel niño que cumplió su tarea.
No queda más para dar que no haya dado ya.
Y el miedo, y la prisa, y el trabajo y el amor.
¡Pum!
Sujetas mis brazos, me envuelves, tocas mi parte trasera y vuelvo a ti.
¿Te dormiste? Porque ahora vas a dormir conmigo - Susurra él en mi oído.
Y yo sonreí.