jueves, 26 de noviembre de 2020

Inspirada

 Así me quedé después de alejarme de ti.

domingo, 8 de noviembre de 2020

Caminar

Colocarse las zapatillas, pie a pie, atar los cordones, atarlos bien,
no quiero pensar en la molestia de arreglarlos.
Estoy pensando en G.
Pienso en aquella vez, momento de incertidumbre, 
llamé para preguntarle si él sabía quien yo era.
Perdida, sedienta, loca y armada.
Me dijo algo tan sanador como ¡Vámonos de viaje!
esperanzador y cansado.
Lo extraño.
Extraño cada abrazo y cada despertar,
cada comida y cada intento, cada intento.
Quiero que la vida me regale una coincidencia bonita,
salir a la calle y encontrarte, verte e invitarte...
Invitarte a caminar.


viernes, 16 de octubre de 2020

Perfect Disaster

 Hoy entré a tu perfil y me vi en tus fotos, fue extraño,
en ninguna aparecía mi rostro, sin embargo, ahí estaba.
Cada canción, cada comida, cada palabra,
era un tributo a mi ausencia.


viernes, 18 de septiembre de 2020

Una cortita.

 No puedo escapar de ti.

martes, 15 de septiembre de 2020

El contacto más bloqueado, el más eliminado y agregado.
El contacto que nunca se con qué nombre guardar, 
tanto tiempo, tantos momentos,
descubrir que puedo volver a carcajear contigo es mi logro de la semana.
Que quede escrito.
Tus pedidos de mis brazos fueron los más bonitos y lo siento.
Cada vez que entraba una llamada para preguntar ¿dónde estás?¿no estás con tu familia?
Él respondía con la sonrisa más feliz ¡estoy con ella!
Yo solo quería beber todo el vino de la refri.
Hola, les decía yo, a todo aquel que me invitaba a saludar, rápidamente huía antes de la segunda pregunta:¡Cuídense mucho! aconsejaba mientras corría a la cocina.
Le dice a todos que está conmigo.
No tengo apetito para el mundo, y en este punto, 
empiezo a dudar de ti también, pero pareces un niño feliz, y lo dejo ahí.
Pensar en volver a abrazarte destruía mi mente. La cabeza me dolía.
De solo imaginar que estoy a un paso de poder darte el poder de mi vida me quedo quieta,
mis pensamientos me tienen pegada al sofá de uno, para asegurar que esta noche y la de mañana, tendrás un límite.
No es novedad, no siempre cogemos, pero cada que lo hacemos, algo se jode.
Tal vez más a ti que a mi, tal vez más de lo que admito, tal vez menos.
Recuerdo cuántas veces he llorado y me he culpado por ser tan débil. 
Ya no soy una niña me repetía, y te conté una historia donde no eras el protagonista,
esas no son tus favoritas, pero necesitaba que me conozcas, de nuevo.
Tenerte en mi sofá, desarmado y pidiendo que me una a ti. Fue glorioso.
Pero no fue bonito. 
Te vi dormir todo el domingo, jamás vi a una persona reír tantas veces durmiendo. Recuerdo cuanto te quise. Te curé las heridas y he alimentado tu alma.
Te veo y pienso en todo el tiempo que me tomó superar el poder que yo le había concedido a tus palabras, a cada una de ellas.
Tal vez cuando te sienta un poco más seguro, tal vez cuando estés más fuerte.
Tal vez si, tal vez no.
En el fondo siento que tengo un asunto pendiente, y que eso no me deja continuar, empiezo con mis boludeces de nuevo. Esta línea no existe.
Esta semana no se me antojó mi antiguo sabor favorito, no tuve ganas de ti.
Pero no puedo declarar una victoria, debo admitir que me conoce, y eso es una desventaja sobre mi razón. Debo mantenerme alerta. 
Esta semana he descansado contigo, de ti. 
Tú. De nuevo. Tú.

Y he vuelto a escribir.


domingo, 9 de agosto de 2020

Patético

 Y ahora que lo pienso bien, el final fue patético,
sexo sin amor, sexo del bueno, sexo donde hubo amor.
Noches sin dormir, me abrazabas las heridas, pero no querías estar ahí
... y se notaba.
Hay una cosa que no te he dicho aún.
La tragedia nos visitaba cada noche, la muerte era cuestión de tiempo.
Tu piel ardía y mi corazón, sin avisar se detenía,
deseaba alejar esos ojos llenos de compasión.
Solo quería tu lado salvaje, no tu lado amable, el que me miraba con miseria.
Cedías a mis caprichos de lluvia de verano, caminabas a mi paso,
pero tu ya no eras tú, y yo, yo aún sin saber quien soy.
Deambulo vacía desde el día que dejaste que me marchara.
El día en que no detuviste mi brazo, el día que no corriste hacia mi.
Ahora que lo pienso bien, el final fue patético.


sábado, 18 de abril de 2020

Se parece a mi

Sus negras alas llegaban al piso,
se arrastraban por las baldosas viejas en cada paso que daba,
en cada camino que recorría, en cada lugar que visitaba.
Observaba en silencio la enorme armadura que llevaba,
me perdía en los detalles dibujados en su pecho,
me recordaban la primera historia que él me contó.
Dejo que me hable.
Endulza mi alma con palabras gastadas,
no he intentado explicarle que no soy su amor,
sin necesidad de callarlo, sigo escuchando.
Se parece a mi.
Rozo su curiosidad con historias a medias,
empieza a sentirse cómodo, decide quitarse el antifaz,
nos vemos frente a frente.
Escoge con cuidado cada palabra que me dice,
mide mi sonrisa, pregunta si estoy bien, si estoy.
Soy un reto para su ego,
un premio para su juego,
indomable para su lastimado corazón.
Se parece a mi.
Mis ojos lo siguen cuando se aleja de la habitación,
me trae contento una copa de vino,
ya conoce mi favorito.
Comparto mi piel con sus sábanas,
mi sudor con sus ganas,
mi respiración con sus sentidos.
Alboroto su mente, sin permiso,
atrevida, sinvergüenza, con derecho.
Su comodidad me invita a vernos la semana que viene,
pregunta sin reparo: ¿nos vemos otra vez?
Asiento con la cabeza, le digo que puede ser.
En mi mente retumba una solo idea.
¡Demonios! Se parece a mi.



domingo, 5 de abril de 2020

Se te nota

Busco la raíz de tu sufrimiento.
¿En qué momento te dañaron tanto como para creer que haciendo infeliz al resto podrías recuperar un poquito de la felicidad que te robaron?
¿Quiénes son los culpables?
¿En qué momento tu egoísmo pudo más que el gran amor que sentías en tu corazón?
¿Quién fue la causa de tanto dolor en tu alma?
Se te nota querida.
Se nota.
Se nota las grietas, las lágrimas contenidas, las veces que apagaron tu voz, los rechazos que recibió tu corazón.
Se nota cuando te escondes porque te sientes débil, vulnerable, herida.
Se nota cuando huyes de los ojos de compasión.
Se nota cuando lastimas después de lanzar una palabra no digerida.
Cuando intentas victimizar la situación recurriendo a tu pasado cansado.
Se nota tu dolor.
Se te nota.
Intentas contar tu historia, pero eres dura.
Intentas convivir con el sufrimiento y no soltarlo te asfixia.
Intentas que el mundo aprenda de ti, pero ¿cómo se podría?
No soy quién para juzgarte, no en voz alta.
Sólo escucho y observo como lastimas, como me lastimas.
Pero déjame decirte algo querida: Se te nota.


martes, 17 de marzo de 2020

La pareja perfecta

Me hablas de amor con la misma ligereza con la que caminan tus piernas cuando te acercas a mi.
Dices que me extrañas y mi ingenuidad cae en cada una de tus palabras,
yo con tanta soledad, tú con un millón de mentiras en la boca,
somos la pareja perfecta.
Al principio de la historia nos lo contamos todo,
los triunfos que nos enorgullecen, las penas más tristes,
te conocí, dejé que me conocieras,
abrí mi corazón en una noche, y tu abriste la puerta de tu curiosidad.
Confesaste que te encariñas pronto, pensé en el dolor de la despedida,
dijiste que era fácil para ti desprenderte, imaginé cuánto me quieres a tu lado,
me contaste lo difícil que es para ti tener novia,
y respondí feliz la llamada después de tu tercera botella de vino,
con palabras atropelladas aceptaste que no toleras estar detrás de mis pasos,
te rehusabas a tenerme en tu cabeza más tiempo,
me hablaste de la dureza de tu corazón,
y yo te llené los bolsillos de amor.
Jugamos.
Jugamos a que me quieres y yo no estoy,
a que me ignoras y yo te escribo cartas de amor,
jugamos al yo puedo más, y en el fondo nos encanta rendirnos.
Cantamos.
Cantamos la misma canción triste,
luchamos contra la historia de amor,
contra la vida que nos junta,
queremos alejarnos.
Pero es en vano.
Mentimos.
Nos decimos que serán dos semanas,
que nos querremos hasta que yo abandone tu ciudad,
hasta que tu mascota se empiece a acercar,
hasta que quieras invitarme a cocinar.
Amamos.
La piel, las palabras, lo que llega después del sexo,
después del sudor, mientras esperamos, lo que controlamos,
lo que nos hace perder el control.
En el fondo, tal vez, nos amamos.



miércoles, 11 de marzo de 2020

Caballerito

Hoy estoy dispuesta a desaparecer una vez más,
hoy he vuelto a ignorar lo que siento y dejarme llevar por lo que debería sentir.
Ayer, me deje envolver con los lazos de su pasión, con las mentiras de su boca, con esa dosis de caricias que me preguntan: ¿por qué te vistes? Si yo te quiero desnuda.
Ayer visité ese lugar que estoy segura albergó más pieles de las que puedo imaginar, ese lugar que usamos como refugio del mundo.
Mañana podría seguir encaprichada con su piel, pero no con su corazón, parecido al mío y eso asusta.
Mañana podría torcer mi brazo y contestar su: cómo vas bonita? Con la misma mentira de siempre: todo bien caballerito.